Aquí no nació un restaurante.

Nació una antojería con alma.

El origen

Todo empezó en una cochera… sí, literal. Un antojo de carnitas, una receta heredada del abuelito Sancho, y la necesidad de parar la olla con lo que había. No había nombre, ni logo, ni idea de “marca”. Solo ganas de hacer tacos como se hacían antes: de esos que te hacen cerrar los ojos al primer bocado.

De carnitas a comunidad

La gente llegaba sin saber a qué venía, pero salía diciendo “no inventes, ¿qué le ponen a esas carnitas?”. El boca en boca hizo lo suyo. En menos de lo que canta un gallo (o gruñe un cochi), ya teníamos fila los domingos y salsas que se acababan antes que el refresco. Y así nació el concepto: tacos honestos, ambiente buena onda, y gente que vuelve por gusto, no por costumbre.

“Los Cochis” es cariño, no burla. Es apodo, no insulto. Así nos decían por estar siempre con carnitas en la mano y el mandil puesto. Y lo de “Sancho”... bueno, digamos que es un homenaje a ese espíritu tragón, leal y aventurero que todos llevamos dentro.

¿Por qué Los Cochis del Sancho?

Hoy no somos cadena. Somos familia taquera.

No soñamos con franquicias que sepan igual en todos lados. Soñamos con taquerías que se sientan diferentes pero compartan alma. Cada sucursal tiene su sazón, su banda y su chisme local. Pero lo que nunca cambia es esto: aquí se viene a comer rico y a ser tratado como compa.

¿Y mañana?

No soñamos con franquicias que sepan igual en todos lados. Soñamos con taquerías que se sientan diferentes pero compartan alma. Cada sucursal tiene su sazón, su banda y su chisme local. Pero lo que nunca cambia es esto: aquí se viene a comer rico y a ser tratado como compa.